Los parásitos son organismos que viven en o sobre un huésped, alimentándose a expensas de este. Pueden ingresar al cuerpo a través de agua contaminada, alimentos, picaduras de insectos o contacto con personas o animales infectados.

Los síntomas pueden variar desde náuseas, diarrea y dolores abdominales hasta fatiga y pérdida de peso inexplicada. Los síntomas varían según el tipo de parásito.

Algunos parásitos pueden causar graves problemas de salud, mientras que otros pueden mostrar síntomas apenas perceptibles. La detección y tratamiento tempranos son cruciales.

Los médicos utilizan diferentes pruebas, incluidos análisis de sangre y exámenes de heces, para diagnosticar parásitos.

El tratamiento varía según el tipo de parásito e incluye medicamentos de venta libre o con receta.

Cocinar bien los alimentos y evitar agua o alimentos contaminados pueden minimizar el riesgo.

Buena higiene, cocina segura y estar consciente de los factores de riesgo en su entorno pueden ayudar a prevenir la propagación.

Sí, algunos parásitos pueden ser transmitidos de las mascotas a los humanos. Las visitas regulares al veterinario y las medidas de higiene pueden reducir el riesgo.

Los viajeros en áreas con mala higiene o agua contaminada podrían estar en mayor riesgo. Es recomendable informarse sobre los posibles riesgos antes de viajar y tomar las precauciones adecuadas.